Una noche, después de un partido de Sector 7G, me encuentro con un amigo de mi hermano en el buffet del Club Tucumán. Matías había sido compañero de Axel durante toda la primaria, venía a casa casi todos los días y en esa época estábamos más o menos al tanto de su vida y de su familia. Así que cada vez que lo veo en el Club lo saludo con mucho afecto, porque es un pibe bárbaro y lo aprecio mucho.
Matías: Bueno Maxi, me alegro de verte… y la próxima será en la cancha eh!
Max: Si, dale! Che, tu familia cómo está? Todos bien?
Matías: Si, todos bien por suerte
Max: Me alegro che. Mandale saludos a tu hermano
Matías: No, yo hace 5 años que no me hablo con mi hermano…
Max: ¿Con Brian? ¿Porqué te peleaste, si jugaban juntos acá?
Matías: Sí, por eso. Nos peleamos durante un partido y nos agarramos a las piñas afuera. Y de ahí no nos hablamos más
Max: ¿En serio? Boludo, no lo puedo creer.. ¡Por un partido de fútbol!
Matías: Sí, bueno… yo soy un poco calentón y el se pasó también.
Max: Uh, que joda… bueno, pero seguro que en algún momento se arreglan, son dos personas adultas
Matías: Sí, la verdad no sé. La última vez que lo vi fue hace 2 años en el funeral de mi hermana
Max: ¿De tu hermana? ¿¡Falleció tu hermana!? ¿¡Que pasó Mati!?
Matías: Sí, mi hermana Vanesa, te acordas? Bueno, cuando nació la hija le encontraron un cáncer fulminante y no la pudieron salvar… 38 años tenía
Max: Mati, no lo puedo creer chabón… por Dios, me imagino a tus viejos hechos mierda
Matías: Bueno, mis viejos tambien fallecieron… cáncer los dos.
Max: …
Matías: Sí, bueno… la vida viste. Hay que seguir
Max: Y si… que se le va a hacer…
Matías: Bueno nos vemos, me alegro de verte!
Max: Chau Mati, nos vemos. Yo también me… ¿alegro?